No hay publicaciones.
No hay publicaciones.


"Cuando comencé en este camino, desde mi análisis, entendimiento y prejuicios, veía un camino lleno de piedras pero en el final del mismo, parecía que sólo había diamantes. Al continuar en el sendero algún tiempo más y desde mi capacidad de análisis, entendimiento y prejuicios, vi que sólo había piedras burdas bajo mis pies y en todo el horizonte. Al seguir caminando más y más, me di cuenta que lo burdo era mi capacidad de análisis, mi entendimiento limitado, mis prejuicios y conceptos. Fue entonces que vi claro y me di cuenta de que no existen las piedras burdas, sino que todos son diamantes.

No hay mejor ni peor; todos fuimos consagrados por Dios desde siempre, a esto que somos en este momento, y no hay condicionantes que hayan limitado aquello para lo que fuimos consagrados. Ya llegamos; ya se cumplió; no hay más que esto en este momento. No debemos llenarnos de expectativas futuristas, ni de persecuciones por lo que debíamos haber sido. Si vivimos con atención este momento, veremos los diamantes en todo nuestro camino.

---------------------------------------------

Una gran experiencia no fue el control de mi mente, sino, el experimentar que no soy mis pensamientos, ni mis emociones, ni mi físico... A esto los místicos le llaman despertar, y creo que es la primera gran experiencia transformadora por la que todos los contemplativos pasamos...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia es que no hay que hacer nada para estar en paz y ser felices; que no hay amores a conquistar, triunfos a lograr, ni perdones a obtener, ni nada personal a defender, solamente hay que soltar en nuestra mente aquellos pensamientos y emociones que nos quitan la paz y la felicidad... Esto cambió toda mi perspectiva de la vida...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia fue el darme cuenta que no tengo maldad en mi corazón; sólo soy medio bobo cuando me miran con un solo ojo. Pero mis errores lastiman, como los errores de los otros me lastiman a mí. Sin embargo, no podemos responsabilizar al error en sí, sino a la falta de atención. Y si es algo que nos falta cómo puedo responsabilizarme o responsabilizar a alguien... Pero no se preocupen porque estoy trabajando sobre mi atención... También experimento que el pecado no cambia sólo con el darse cuenta y evitarlo; sólo puedo evitar la forma que este toma, pero la raíz del pecado existe muy interiormente y está muy vinculada a mis carencias, y estas a su vez, con la ilusión de separación entre el hombre y Dios. Lamentablemente encuentro que yo no puedo hacer nada por mi mismo para derribar esta ilusión… Sólo Dios puede y aparentemente lo hace, en el proceso que llamamos conversión en cada uno de nosotros, y a través de aquello que llamamos vida. Al mismo tiempo no veo al pecado como algo re grave en nuestras vidas, sino más bien como consecuencia de esta ilusión de separación de Dios. Veo claramente mi humanidad y mi impotencia delante de esto, reconociendo que lo único que puedo hacer es abandonarme más y más a Su Gracia y a Su Misericordia, la que siempre se manifiesta en aquello que vivo, desde mi corazón hacia la vida y desde la vida misma hacia mi corazón. Por lo tanto pondré cada vez más atención en el instante presente, contemplando desde mi interior hacia mi exterior como si fuese todo el mismo paisaje, y allí la realidad me hablará de Dios y esto me dispondrá a que se rompa toda ilusión cuando Él quiera.

---------------------------------------------

Otra gran experiencia no fue la libertad, sino, el poder elegir no prestar atención a los pensamientos que me limitan y no me dejan vivir en el aquí y ahora como la única realidad existente y modificable donde se experimenta la liberación...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia no fue la organización de mi vida, sino el darme cuenta que cada instante de mi vida es nuevo y que no permanece; que no hay manera de retenerlo, y que la vida se me concede en cada instante y para siempre, por lo que ya no hay manera de perderla...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia no fue sentirme amado, sino, el darme cuenta que el amor brota desde dentro mío cuando me dispongo a compartirlo con todo, y que no tiene en sí mismo ninguna emoción o sentimiento asociado, pero siempre me plenifica, me clarifica y me afirma en mi centro...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia no fue el que Dios me conceda todo lo que pido, sino, el no querer nada, que es la misma sensación que tenerlo todo...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia es que no es necesario leer cien mil libros o tener un gran maestro, ya que la sabiduría, Dios la concede a manos llenas en la medida que la necesitamos, y que el gozo de Dios es el hacerla llover sobre cada uno de nosotros cuando nos reunimos en comunidad y la compartimos... La mayor parte de las veces es imperceptible, ya que la sabiduría no va a la razón, sino al corazón, y no estamos muy acostumbrados a ver allí...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia en mi vida fue darme cuenta que no hay personas mejores, ni personas peores, que no hay exitosos, ni fracasados, que no hay merecedores, ni mas valiosos, sino, que lo único que nos hace verdaderamente importantes es El Amor de Dios sobre cada uno de nosotros, y este es para todos y para siempre, como si cada uno fuese el hijo único de Dios... Experimenté el "Sólo Dios basta" de Santa Teresa...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia fue reconocer que mi ego nutrió mi vida hasta ahora pero que si me sigo alimentando de él, me la quita...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia fue darme cuenta que el silencio interior y el conocimiento de mí, son la antesala de la unión con Dios...

---------------------------------------------

Otra grande fue darme cuenta que no importa aquello que estoy viviendo, sea esto espiritual o mundano; todo puede ser para mí, un escape de mi cárcel interior, sólo por un instante, o puede ser una experiencia magnífica para toda la vida, y que la diferencia no está en la experiencia en sí misma, sino que es mi elección de cómo quiero vivirla...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia fue el darme cuenta que conocer a Jesús a través de la historia es como cuando te cuentan un cuento mil veces y siempre mal contado. No encontré nada más certero que conocer a Jesús vivo a través de la oración contemplativa...

---------------------------------------------

Otra gran experiencia fue, el darme cuenta de la inutilidad y la agresividad que hay en destruir las estructuras en donde hay otros hermanos sujetos o aprisionados, por más erróneas y lejanas a la verdad que ellas sean, si cuando las destruyo no se encuentran dadas las condiciones para poder apoyar a mi hermano en el aprendizaje del camino sin estructuras...

---------------------------------------------

Otra grande fue el darme cuenta, que el amor y la falta de amor, que la felicidad y la falta de felicidad, que la paz y la falta de paz, el vacío y la plenitud, son todas caras de una misma moneda; que no puedo hacerme insensible a una y a la otra no; que cuando levanto una barrera a una de ellas, estoy también impidiendo el paso de la otra. La vida plena radica en ser vulnerable a todo sin defenderme de nada...

---------------------------------------------

Otra grande fue el darme cuenta que todos vivimos en un desierto interior, en un destierro; que nos llenamos de ilusiones, fantasías, ocupaciones, amores y razones para no sentir su peso, pero para aquellos que lo reconocen y dejan de huir, llegan a darse cuenta que lejos de ser una cárcel que nos aísla, es un paraíso en donde nuestro estado es de niñez absoluta, donde Dios nos cuida, nos alimenta y nos ama a cada instante, donde la miseria humana y el corazón de Dios se unen en cada uno de nosotros. Entonces ya nadie quiere huir, solo queremos vivir allí...

---------------------------------------------

Otra muy importante fue darme cuenta que no son los análisis correctos, ni las lecturas, ni la reflexión, ni tampoco las enseñanzas, las que modifican mis patrones de conducta y de pensamientos, sino que, solo la experiencia de la realidad en sí misma junto con la autoobservación, son las que me forman y transforman desde el interior. Es como si se tratase de un nuevo aprendizaje que deja obsoleto al anterior, pero que al mismo tiempo no pasa a ser conocimiento, ya que sólo queda en el casillero de las vivencias y me conducen lentamente, casi como llevándome de la mano, a la madurez de mi conciencia...

---------------------------------------------

Otra muy reciente es que cada meditador vive su propia Pascua en cada sentada que hace; ya que como los judíos, primero se ve esclavo; luego es llamado a su liberación, y allí comienza su caminata donde acarrea todo lo que tiene; luego Dios lo acompaña, lo protege y lo alimenta en todo el camino, pero jamás lo traslada. Entonces, toda la carga se torna pesada y comienza a soltar cosas que ya no puede cargar, las que seguramente les daban cierta seguridad. Muchos quedan en el camino pidiendo nuevas estructuras y nuevos dioses que les den seguridad; otros continúan desprovistos de todo pero con la confianza plena en el Dios verdadero, y estos son los que alcanzan la tierra prometida...

---------------------------------------------

Experimenté que Dios se alegra, cada vez que voy a verle en mi silencio interior. Me siento como el hijo prodigo recibido por el padre, y experimento que dejo de ser y sentirme el pródigo en la ALEGRIA DE DIOS. En mi se confunden una mezcla de cansancio, gozo, miedo y sorpresa en la búsqueda y el encuentro, pero su recepción, su alegría y su bondad me dan la confianza y la certeza de ser bienvenido... Experimenté que siempre juzgué mal esta situación; en ese instante, nada de lo que haya hecho importa. Sólo su amor por mí, justifica su alegría. Nunca me sentí tan querido.

---------------------------------------------

Experimenté que cada vez que me siento a meditar es lo mismo; es el mismo camino una y otra vez; llegar a mi centro es mi monte calvario, y justamente para morir, en la subida arrastro mi cruz; no la de Cristo, sino la mía; en ella arrastro mi vida hasta mi centro y es allí donde soy clavado como marcándome que jamás me desprenderé de ella vivo. Es allí donde muero y allí justamente a lo que muero. Cuando sucede, realmente no quedan ganas de triunfalismos; y esta es la gran paradoja: Sólo vivo y me siento vivo cuando mi vida ya no es mía, sino de la vida, o mejor dicho de Cristo. Es como si Él repitiera su resurrección en mí y me quedo ya sin cruz y sin vida propia. Tal vez jamás me perteneció y sólo fue otra ilusión o quizás el error fue pensar que hay vida fuera de Cristo...

---------------------------------------------

Experimento que es imposible conocer la Voluntad de Dios para conmigo, de aquí a un año, a un mes, a un día o mismo a un minuto adelante, y aquello que más deseo, es poder cumplirla, para que todo mi ser esté alineado a Él. La única solución que encuentro es estar atento instante a instante y escuchar mi corazón en el mayor silencio interior posible, y así de esta manera poder orientar mi hacer, sentir y querer a Su Voluntad. Experimento que es muy importante comprender que no soy yo quien debe evaluar resultados y mucho menos realizar juicios sobre la acción a realizar. Pero ¿cómo no confundir mi voluntad con la de Él? No sé hacerlo, o sólo es que no existe más que Su Voluntad en un permitir mi experiencia de vida.

---------------------------------------------

Yo creo que deshacernos del deseo sería algo así como morir al buscador que hay nosotros; creo que el deseo es nuestro motor principal; creo que el problema es ¿aquello que deseamos? Yo deseo repetir mi plegaria (oración en la presencia) y esto mueve mi voluntad a hacerlo, y al hacerlo me siento completamente realizado ya que es lo que más deseo... Entonces como quien desafía a su suerte lo vuelvo a desear y recomienzo este ciclo una y otra vez de manera que nunca acaba. Creo hasta el punto de mi certeza, que ni mi muerte podrá ponerle fin. Entonces mi deseo, al cual como meditador siempre rechacé, pasa a ser ahora el eslabón primero y principal de esta cadena, y todo ese trabajo de purificación del cual hablan los padres del desierto, se movió en mí en torno a este deseo. Creo que si no hay deseo, no hay realización. Y sin realización no hay unión posible con Dios. Pienso que para el hombre que no se realice plenamente en su oración se le hace imposible la unión con Aquel con quien se relaciona.

Entonces de esta manera pasa a ser muy fácil y muy sencillo quitarnos toda esta frustración que acarreamos de nuestras vidas en función de los deseos no cumplidos o que no nos satisfacen plenamente. Si sólo deseáramos orar y este fuese nuestro mayor deseo, esto es muy fácil de realizar y encima involucra todo mi ser; por lo tanto mi realización personal no dependería de nada, ya que siempre puedo orar... No importa mi salud ni mi enfermad, mi riqueza o mi pobreza, si me aman o no, si me aprueban o no, si me aceptan o no, ni siquiera si valgo o no, algo para nadie. La vida del contemplativo debe desarrollarse plenamente y todo el tiempo en este ciclo de deseo y realización, para siempre.

Después de caminar largo tiempo en el camino de la aceptación he experimentado que querer de Dios otra cosa que no sea Él mismo y Su Voluntad atenta contra todo el camino recorrido y contra toda la mansedumbre conquistada.

---------------------------------------------

Otra experiencia fue la darme cuenta que no existe una razón que valide la interrupción de la oración; muy por el contrario si existe un motivo que interrumpa la oración, este carece de razón y verdad.

---------------------------------------------

Experimenté que de todos los estados anímicos y espirituales por los cuales pasé, el único real es el vacío. Este causó en mí tal desesperación en la búsqueda de Dios que permitió el encuentro en esa brisa suave de Amor, que permite y da vida a cada uno de mis respiros. Experimenté que no hay grises, que no hay medios. En un extremo, el vacío desgarrador y en el otro el amor de Dios; dos puntos tan dispares y que al mismo tiempo van juntos en la única realidad existente. Cualquier gris o medio es sólo una ilusión más.

---------------------------------------------

Experimenté también que cuando llego hasta la puerta del sagrario, completamente turbado, buscando perdones, soluciones, caminos y medios para seguir, la única respuesta es el Amor de Dios y no hay otra cosa. La vida debe seguir su rumbo hacia la muerte, pero la muerte como un paso; no como fin, ya que el fin es la eternidad, garantizada por ese Amor desde el Sagrario.

---------------------------------------------

Experimenté el gozo de respirar, sólo respirar una vez y otra vez, sin un ¿para qué? o ¿un por qué? o un ¿qué sentido tiene? Cuando sentí el gozo de respirar me unifiqué en lo más sencillo, simple, profundo y valedero que contiene un instante y el mundo se detuvo para mí... Cuando el tiempo se detiene, muy cerca de la respiración, existe un fuego que nos abraza completamente, ardiente, con ternura, dulzura, suavidad y respeto, como quien no quiere ni asustar ni invadir; no quema, no deja marcas ni huellas, sólo está allí siempre, regalándose continuamente así mismo.

---------------------------------------------

Experimenté que la verdadera pobreza es darnos cuenta en todo tiempo que lo único necesario es Dios, incluso para aquellos que necesitan del pan, de la salud, del amor de un hermano, del dinero, del reconocimiento, del poder, de la valía, de la aceptación, etc. Sigmund Freud, el creador del psicoanálisis, escribió que, toda demanda es una demanda de amor. Desde nuestra psiquis también queda claro que lo único necesario para nosotros es Dios. Por eso experimento que mi pobreza es el reconocimiento conciente que lo único que necesito es a Dios. Pero la paradoja es que a Dios siempre lo tengo, entonces ¿cómo es posible que mi única necesidad sea aquel que tengo en abundancia? Es que este ida y vuelta, entre necesitar constantemente lo que ya tengo en abundancia, es estar enamorado. Por lo tanto sin pobreza no hay enamoramiento.

---------------------------------------------

Experimenté, que si tomo el control de mi vida y me muevo tomando decisiones desde mi voluntad, mi intelecto o mis emociones, lo único que consigo es detenerme dando vueltas en círculos aunque en apariencias parezca crecer, ya que la vida continúa y yo me quedo rezagado en mis quereres, los cuales se definen en mis carencias, y ninguna de ellas existe en realidad. Entonces sin tomarme facultades que no tengo, me abandono en Dios, de la única manera posible, estando atento a los movimientos de la vida, desde lo mas interno dentro de mi, como pensamientos, emociones y físico a lo mas externo de todo mi entorno. Y en la vida se escribe Su voluntad y ésta me incluye por completo. Mi oración no deja de ser otra cosa que mi atención a los movimientos de la vida y la vida misma pasa a ser mi relación directa con Él. Experimento que el falso yo se disuelve en toda su apariencia nuevamente en la única realidad existente.

---------------------------------------------

Experimenté el fracaso en todo, el no hay salidas, el no hay nada a hacer que le agregue vida a la vida; ni siquiera la pena sucede para dejar lugar al auto-consuelo, como aquella emoción donde poder refugiarme, y nuevamente el vacío, pero más crudo aún, ese estado de contemplación plena sin contemplación. Nuevamente conducido a la nada para que no olvide que desde allí vengo y que desde allí nunca salí; solamente me distraje un instante e inútilmente. Y otra vez la espera pasa a ser el compañero inmortal. Reconozco que ésta es una gran experiencia de amor para agradecer eternamente.

---------------------------------------------

Experimento que no hay una oración más profunda e íntima que mi vida misma. Experimento que no es en la vida donde se incluye la oración, sino que la vida es oración en sí misma. Todo aquello que vivo es oración. No existe otra oración más real ni más profunda que la vida misma de cada ser humano. Desde cada respirar hasta el movimiento más mínimo de mis dedos es oración constante. Dios y nuestra vida no son ajenos. Siempre somos oración aunque nuestra ignorancia demuestre lo contrario.

---------------------------------------------

Experimento que toda la existencia se puede englobar en sólo cuatro lugares: Siempre en mi interior un gran vacío, que deja de ser desgarrador sólo cuando lo acepto como la única realidad interior existente. Desde allí percibo toda la creación, la cual existe en el mismo vacío. Existe también un tercer lugar desde el cual me reconozco creatura, y es el lugar desde el cual puedo observar; lo llamo conciencia... En mi conciencia, no hay vacío o completud, y parece no ser parte de lo que reconozco como creación o vacío; sólo allí la experiencia es apreciablemente pura, fuera de todo juicio y tiempo medible. Lo más curioso es que no hay una razón que justifique el experimentar; allí no hay libre albedrío ni voluntad propia o común, ni amor a Dios o al prójimo, ningún deseo o sueño, sólo el movimiento de la creación desplegándose dentro de ese vacío que ocupa e inunda todo. Desde la conciencia me es imposible reconocer quién despliega la creación ni quién sostiene el vacío y ni siquiera quién dio origen a mi conciencia; pero es allí donde aparece el cuarto lugar, que supongo será lo que llaman el corazón, en el cual se incluye el vacío, la creación y la conciencia, desde donde se toma contacto con Quien sostiene, despliega y da origen, pero no se conoce ni se reconoce; sólo se sabe, pero sólo se sabe como aquel que saborea. Esto que se saborea, da el toque especial que me hace reconocer el amor que mueve todo en un orden tan perfecto y sutil que no hay quien pueda modificar nada. Esto me llena de Paz y Seguridad, me reconoce como parte y me mueve a dejarme hacer en esa armonía perfecta, aunque tampoco podría impedirlo. No creo que nadie pueda impedir nada; todos estamos siendo hechos y no hay libertad alguna que lo impida. Sólo podemos aceptarlo desde una gran Paz y Alegría en esa gran Armonía, disfrutándolo, o revelarnos como nenes caprichosos ante lo inevitable, padeciendo de locuras y sufrimientos, esperando milagros personales que nos califiquen de diferentes o de escuchados. La vida es la Gran Obra y somos parte, eso es todo lo que necesitamos saber, y saber como quien saborea, no como aquel que conoce.

---------------------------------------------

Una gran experiencia es haberme dado cuenta que nada se aprende, que toda experiencia es recurrente, que el camino es una espiral hacia el centro, y que el centro siempre es dinámico, dando lugar a que esa espiral se reforme constantemente, conformándome y adaptándome a lo eternamente dinámico. Siempre creí que había un sendero estático que me conducía desde el exterior hacia al interior, pero esto no es real. El sendero no surge en el exterior, sino que su inicio está en el centro, en ese centro siempre dinámico, que siempre me encuentra. Que regenera mi atención en lo único real.

---------------------------------------------

Una de las experiencias más largas y duras, fue el saber que no había nada en esta vida que pudiese hacerme feliz, que todo es una quimera. Deseaba mi muerte todos los días y a cada instante, pero no por sufrir de algo en particular sino desde hastío por esta vida.

Todo estaba bien, pero nada bastaba y existía la certeza en mí, como en todos nosotros, que nada de todo lo conocido en esta vida me bastaría ni me haría feliz.

Mi plegaria era el deseo de mi muerte como si fuese mi mantra.

Pero hubo un día en que sucedió mi muerte, y no como yo la esperaba. En realidad todo el proceso fue una muerte, todo el camino fue de muerte y una agonía real. Era la muerte de mi “yo”, la muerte del “por y para mi”, la muerte del “mío y del mí”, la muerte a un estado de conciencia primitivo que ya no tiene que tener cabida en nadie.

Cuando me sucede veo claramente que, la felicidad como algo individual es imposible. Sólo existe esa “serenidad” que da el hecho de hacer lo correcto y estar en el lugar indicado a la hora precisa, una Paz que proviene desde el amor que existe en todo.

Cuando veo en mi nuevamente o en mis compañeros de camino, ese hastío, ese deseo de muerte que tapamos por creer que está mal, me alegro mucho por dentro, por ellos, por mi, y por todos, pero no se los digo por miedo a que me golpeen, jajajaja. Este es el camino, el llegar a detestar a ese “yo”, a ese “mío”, a lo propio, a todo aquello que apunta hacia mi, por que sólo nos causará más y más sufrimiento.

Se que llegará y que está sucediendo el día en que todos correremos del “yo” como espantados.

Todo es de la vida; nada es propio, nada nos pertenece. Cuando se experimenta esto y nos mueve a soltarlo todo como si me quemara, surge “esa serenidad”, “esa Paz evangélica”, El Reino de Dios

Toda actividad debemos realizarla con este fin, sino, no sirve de nada; sólo será más sufrimiento para todos, y esto es completamente independiente de aquello que hagamos, porque no depende de la acción sino de la intención.

---------------------------------------------

Experimento que somos espíritus, que controlan un conjunto de moléculas a las que llamamos cuerpo, y no un cuerpo que tiene un espíritu asociado como nuestro ego acentúa. Experimento que el ego (como un yo), el tiempo, el espacio y la compasión son solo parte de un proceso, el cual terminará naturalmente en función de nuestra predisposición. Somos todos distintos y el proceso que podríamos llamar “nuestra vida”, concluirá con su trabajo. Quedando lo único real, un espíritu integrado a todos los demás formando sólo uno y sin dejar de ser sólo una pequeña parte. Cada espíritu tendrá una identidad que nos unifique y no tendrá una identidad que nos diferencie. El ejemplo de la gota en el océano es ideal, ya que nunca dejaremos de ser una pequeña gota, en un inmenso océano, la cual fuera del mismo está perdida y desubicada. Dentro de él es igual a cualquier otra pequeña gota, pero tan inmensamente importante, que el océano sin ella dejaría de ser océano. La compasión es el principio y el fin de este proceso; el tener compasión garantiza la ejecución del proceso en nosotros, lo demás sólo sucede.

---------------------------------------------

Experimento que no se le puede enseñar a orar a nadie; sólo aquel que desea orar realmente encuentra el lugar en su interior.

A muchos les sucede que abandonan por ignorancia, ya que comienzan con su ansiedad a querer más frutos de su oración... Y esto no funciona así. La oración es un proceso natural, es como una semilla; el tiempo y la determinación que nosotros disponemos para orar, es proporcional al tiempo del crecimiento de la semilla.

No podemos sembrar la semilla y querer inmediatamente ver sus frutos sin que las raíces tomen profundidad y crezcan el tronco, los tallos y hojas como un verdadero árbol...

Muchas veces nos cansamos y hasta frustramos pensando que nada sucede, cortando el proceso del crecimiento... Debemos ser pacientes, entender que la oración es un proceso de madurez, discernimiento, sabiduría y vida que nos ubica en la realidad de la unión que cada ser tiene con Dios.

La oración no se trata de una conexión, ni tampoco es un medio que concluye con resultados finalizados para poner en un exhibidor como si fuese un diploma o un logro más, y menos aún como para obtener cosas o poderes.

Lamentablemente vemos cómo nos comen los gusanos cuando morimos y no vemos cómo nos comen la vida, los recuerdos y las preocupaciones, por no querer orar correctamente.

---------------------------------------------

Experimento que al vivir mi vida del modo contemplativo, no importa lo que suceda, elogios o críticas, felicidad o sufrimiento, verdad o mentira, carencias o abundancia, etc... Todo es útil para mi profundización. Ya no tengo necesidad de ir en búsqueda de mi inconciente o mi conciente para reconocerme y pacificarme en aquellas emociones que siempre están agazapadas. Todo queda al alcance de mi mano; sólo espero atentamente, a que aquellas se luzcan en mi y queden en evidencia… Sigo en Paz.

---------------------------------------------

Experimento que hay tres conocimientos que siempre me ponen en el lugar correcto delante de Dios: Uno es saber que no puedo ofrecerle nada, porque todo es de Él y de nada soy dueño. Otro que no puedo pedirle nada porque todo lo que realmente necesito a cada instante ya me lo dio. Y el tercero es que solamente "soy" por Su Amor y no hay ninguna otra razón. Mientras exista, será por Su Amor, o dejaré de existir.

---------------------------------------------

Experimento que los conceptos socio-culturales y personales aprendidos sobre el amor, no son más que fantasías de poder, ansias de control, de dominio y de seguridad. La realidad misma sin cristales que la modifiquen, es el amor en su estado de máxima pureza. Cuando reaccionamos con orgullo, soberbia y altanería en contra de la realidad en lugar de movemos con ella, nos sentimos mal, nos hacemos daño y no la alteramos en nada, ya que ella en sí misma es inalterable. Me experimento cada vez más impotente y más chiquito, pero al mismo tiempo más amado y cuidado.

---------------------------------------------

Experimento que lo único necesario es ser conscientes; no mejores, ni más conocedores, ni más amadores, ni menos pecadores, sólo más conscientes, más atentos. Esto es lo único que nos dará la sabiduría y nos hará dar cuenta del Amor de Dios sobre nosotros, y lo demás vendrá por añadidura.

---------------------------------------------

Experimento que la unión con Dios a través de la meditación u oración, no se trata de fácil o difícil, ni de tiempo de meditación, ni de Gracias especiales, sino que, más bien, la traba más grande es la de realmente quererlo o no quererlo. La unión con Dios es lo más grande que me puede suceder, no sólo en esta vida, sino por toda la eternidad. Para alcanzarla debo quererlo por lo que realmente es, " LO MÁS GRANDE". No puedo quererlo como quiero algo habitualmente. La manera normal de mi querer es algo así: Quiero un poco de Dios, y un poco de esto y un poco de aquello también, y quizás más tarde necesite de aquello otro también, o sea que también de eso otro. Todo esto justificándolo en mi humanidad, mis necesidades y mi estado de inutilidad y de no saber que hacer con mi vida; entonces lo resuelvo queriendo. Verifico que soy todo lo que quiero ser y aun quiero más, y tengo más quereres debajo de la manga para cuando realice estos actuales. Experimento que si quisiera la unión con Dios y sólo eso, me costaría muchos menos quereres. Es mucho más fácil trabajar sobre un sólo querer que sobre un millón.

---------------------------------------------

Experimento que siempre viví dentro mío no importa dónde esté, con quién esté o lo que esté sucediendo; todo aquello que percibo, puede o no generar algo en mí, pensamientos, emociones, o acciones. Casi todas ellas pre-programadas.

No importa lo que perciba, ya que es independiente de ello el que genere algo en mí siempre; pero siempre soy yo mismo; no es lo que pase en el exterior. Soy libre, dueño y responsable de todo lo que se genera en mi interior, al punto que puedo y debo elegirlo y lo hago.

Si decido no generar nada dentro mío y percibo todo lo que sucede tal cual es, liberándome de mi mismo y permitiéndome ser parte de todo, haciendo aquello que me toca, no importa dónde esté, con quién esté, ni qué suceda, seré uno con todos.

Muchas veces como meditador pensé que debería crear un espacio dentro mío, para Dios y para mí, al que llamaría Sagrario interior. Descubro que nunca entendí nada, ya que el espacio no es interior, sino que es el universo entero y jamás lo cree yo, y el lugar de encuentro es la vida misma. ¿Quien lo diría, no? Desde mi completo asombro veo que el Universo es el Sagrario y que la Comunión es la vida.

---------------------------------------------

Experimento un constante deseo de extinción, y en mi no entender, sin saber que me pasaba, ni adónde enfocar mi trabajo, he realizado actividades en mi contra. Soy un dolor constante para mí mismo; no tolero más a este ego; ya no sólo no quiero para mí esta cáscara, que no me deja ser, sino que reconozco el dolor que me genera… Y este es el camino. Teresa de Calcuta dice “amar hasta que duela” Creo que es al revés “que duela hasta que pueda amar de verdad”

---------------------------------------------

Experimento el dar. ¿Pero qué es el dar?, el dar ¿es dar? “NO”, el dar no es dar; el dar es devolver, y la diferencia está en que debo devolver a la manera de Jesús, o sea multiplicado. No sirve enterrar mi talento y devolverlo. No sirven mis cinco panes y dos pescados si no se multiplican. Todo aquello que recibo de Dios debo multiplicarlo y devolverlo en mis hermanos, y si no aprendo a hacerlo a la manera de Jesús siempre estaré vacío y se me quitará lo poco o lo mucho que he recibido. En este experimentar entiendo el porqué de muchos fracasos en el crecimiento de muchas personas que emprendieron este mismo camino.

El peligro de no dar al Cesar lo que es del Cesar y de no devolver multiplicado lo de Dios a Dios, es el causante de muchos fracasos. La primera lección fue dar al Cesar lo que es del Cesar. Esto se logra meditando ( disciplinando mi oración y mi querer a través de la determinación), soltando (dejando de lado todos mis quereres superficiales, mi activismo y mis ansiedades momentáneas), silenciándome y pacificándome (permaneciendo en el silencio interior), recibiendo (el instante del presente), acogiendo (mi vacío y mi nada), asintiendo (la realidad), digiriendo (todo el proceso como una realidad inalterable) y la segunda lección es dar, es devolver, es devolver a la manera de Jesús, multiplicando en los demás los dones recibidos.

Experimento que aunque no me guste, no funciona de otra manera, no soy quien hizo las reglas.

La evolución cobra sentido para mí y en mí. No sólo se trataba de tener hijos, ni de saber, ni de vivir, sino también de disolverme en los demás, disolviendo lo que Dios concentró en mí para que se multiplique. Es la lección de la levadura en la masa, la del grano de mostaza, sabiendo que somos los encargados de trasladar a Dios en nosotros, dejando una parte de nosotros mismos en los demás. Es como el ejemplo de Jesús observando a la viuda que ofrendó dos monedas de cobre, que dio todo lo que tenía para vivir. Todas las palabras y los actos son huecos si no me entrego entero a ello.

------------------------

Experimento que por un lado está la mente, llena de planes elucubrados con el fin de nuevas conquistas y nuevas ganancias, materiales y/o espirituales, para conseguir más aceptación, afecto y valía desde los demás, para poder sentirse vivo realzándose sobre los otros.

Por otro lado el silente corazón que no sabe otra cosa que contemplar, orar y deshacerse a sí mismo.

Cuando meditamos nuestra mente tiende a aquietarse y a morir a su propia ilusión, a encontrar la realidad y el vacío de un sí mismo. Muchos llegan hasta aquí, y hablan de ese vacío y de la nada o de la realidad en sí misma con una gran autoridad y sapiencia, validada en su propia experiencia. Pero se quedan aquí ya que para reconocer y ubicar el propio corazón, el lugar de la oración constante, hace falta ese vacío pero también hace falta una fe verdadera, lejos de toda ilusión o fantasía, pero muy cerca de esa certeza, inexplicable por la mente, de la existencia de un Dios en nosotros.

La plegaria en el nombre de Jesús, simple, corta, repetida constantemente sin cambios en las palabras, es el vehículo. Pero debemos saber que en el camino dejaremos ilusiones y fantasías respecto de Dios, o mejor dicho de lo que entendimos de Él. Iremos lentamente adentrándonos a una realidad donde a la mente le será imposible reconocer a Dios. El conocimiento que tengamos sobre Él caerá por el piso, dando lugar a la experiencia del vacío, que no deja de ser desesperante para el creyente en Dios.

La misma plegaria definirá los espacios, separando lo que es mente y vacío, y dejando el lugar para aquello sutil que nunca reconocimos, nuestro corazón, el lugar de la oración constante. Esta experiencia siempre personal y siempre distinta, no es nada a lo que podamos aferrarnos. Es la experiencia de la eternidad, del sin tiempo, la que no fue y la que no será, sino la que es. Un nuevo lugar desde donde vivir, o mejor dicho, desde donde se comenzará a vivir.

Llegar al corazón no es cosa fácil, debemos hartarnos de nuestros autoengaños, como así también de los engaños colectivos, espirituales o no, el camino es solitario y al mismo tiempo comunitario, es personal y es en la iglesia. Debemos sostenernos y acompañarnos.

La determinación debe ser máxima, nuestra vida dependerá de ella. No puedo comenzar creyendo que caminar un poco me hará bien, o con la idea de probar algo distinto, o para ver ¿Qué pasa? Quedarse a mitad del camino puede ser muy dañino. No es un juego, y sin embargo de esto depende la vida de todo ser humano.

Con dolor afirmo y veo que muchas personas morirán y ni siquiera se darán cuenta de que nunca vivieron, por no haber encontrado su corazón. No es una cuestión de tener o no razón. Ni de remarcar diferencias de caminos espirituales. Es una cuestión de vida o muerte, cada uno decide, si seguir viviendo en su ilusión, en la nada, en el vacío constante y real, o de vivir la vida que Cristo anunció, vivió y acompaña a vivir, la vida desde el corazón, en oración constante.

---------------------------------------------

Experimenté que la verdadera paz, no tiene nada que ver con la relajación, con el buen dormir, con la distracción, con el entretenimiento, ni con la oración, ni con la confianza en Dios. La verdadera paz es un estado completamente natural en el ser humano, que nos sucede cuando no existe el yo, ni el mío, ni nada que tenga que ver con la pertenencia a algo o alguien, o de algo.

Para estar en paz, solo debemos hacernos a un lado y disfrutar del amor que siempre está presente, que es creación constante y que es vida constante.

He visto gente rezando para obtener un poco paz, o confesándose para pacificarse. No hay comercio con Dios, no debemos hacer tal o cual cosa que nos vincule a Él, para estar en paz. La Paz nos fue dada desde siempre, solo que la canjeamos a cambio de nuestra autoafirmación como un "yo" o un "mío".

Dios es realmente Generoso, ya nos dio todo lo necesario y nunca pidió nada a cambio. Ni oraciones, ni amor, ni cariño, ni nada. La Paz existe y está disponible para todos.


Experimento que hay dos movimientos que dirigen casi toda nuestra actividad mental, y son completamente opuestos uno de otro, a tal punto que uno impide al otro. Estos movimientos son el querer y el disfrutar. La acción de querer algo, impide completamente el funcionamiento de la acción de disfrutar. Por otro lado mientras disfruto no puedo querer nada y puedo permanecer disfrutando mientras permanezca sin querer nada.

Si dejo de querer en este instante, automáticamente comienzo a disfrutar. Pero el querer no es malo en sí mismo, ya que da pié y es la clave del movimiento de la persona, pero una vez que la persona está en movimiento, debe dejar el querer inmediatamente para poder disfrutar de todo movimiento.


El querer todo el tiempo me enferma de obsesión, y el disfrutar todo el tiempo me vuelve un inútil.

Pero jamás de los jamases debemos estar en el estado intermedio, en el estado donde quiero y disfruto al mismo tiempo, ya que éste no es el equilibrio sino que éste es el estado de la ilusión, el cual nos permite disfrutar de aquello que quiero sin tenerlo, sólo imaginándolo. Anulándonos completamente la capacidad de atención sobre el movimiento y del movimiento en si. Convirtiéndonos en zombies, o como decimos espiritualmente, en personas dormidas. Que ni siquiera saben donde van y ni si van a algún lado.

Cuando la persona equilibra su mente, en el querer y el disfrutar, da lugar a que su corazón comience a dirigir sus movimientos, de manera que el querer y el disfrutar son sometidos al amor.

Una persona ocupada completamente en su querer o en su disfrutar anula completamente su capacidad de amar.

La clave está en observar los movimientos mentales y coordinarlos a través de la voluntad equilibrándolos en principio, para subordinarlos al corazón después.

-----------------------------------------------

Experimenté una gran disociación, por un lado el vivir la vida más allá de la mente que quiero vivir, esa vida hermosa que transcurre a cada instante, haciendo simplemente aquello que haya para hacer, sin importarme nada, ya que la vida es mucho más sabia que yo y ella ordenará todo, sin necesidad de mi en nada.

Por otro lado, veía tanta gente sufriendo que no puede de ninguna manera ser feliz viviendo como vive. Entonces me siento mal y egoísta, cómo poderme quedar sin hacer nada, ya que yo, también soy parte de la vida.

Como siempre Jesús tuvo la respuesta, “Vayan y anuncien la buena nueva”, y la misma está en el Evangelio, Él mismo la vivió, predicó y la enseño a sus discípulos y a los demás y desde allí llega a nosotros.

Vivir la vida evangélica es la vida nueva, aquella que yo quiero vivir, todo lo demás sólo es sufrimiento.

Pero la vida evangélica no hay que vivirla como un conjunto de mandamientos, así como hacen algunos estúpidos, que quieren todo, quieren vivir la felicidad evangélica y al mismo tiempo quieren ser dueños del mundo, de las personas, ser grandes, exitosos, divinos por siempre y que no les falta nada de todo lo que se les ocurra que necesitan tener.

La vida que Jesús enseña es más que necesario saborearla, gustarla, quererla y amarla porque si no, es imposible.

En estos días usábamos en los grupos el ejemplo de la langosta, que dice así:

Supongamos que no conoces a la langosta y te presento a una grande y viva sacudiendo sus tenazas y su cola, con sus patas largas y quebradas y te digo que la almorzaremos, seguramente tu decepción será grande y preferirás una buena hamburguesa.

Pero cuando la langosta está cocida toma ese color naranja y su aroma es exquisito, es sin duda uno de los manjares más ricos para todos.

Con la vida evangélica pasa igual, se nos presenta como todo lo contrario a lo que conocemos como bello, rico y seguro, pero indudablemente es uno de los manjares más exquisitos que da ese sabor inigualable a la vida, por el cual hace que valga el vivirla plenamente.

Experimenté que toda la verdad sobre la vida está en el Evangelio, pero no en el libro, sino, en el vivirlo. Hoy en día, la gente cerró sus mentes a una vida distinta a la que conoce y cree imposible que una vida evangélica sea sabrosa.

La realidad muestra que hay pocos que lo saborean y millones que se conocen el evangelio al pie de la letra, hasta lo predican y la verdad ¿no sé para qué lo hacen? Si alguno quiere conocerlo se vende el libro por cuatro pesos y algunos hasta lo regalan, la clave está en vivirlo, en saborearlo, no en conocerlo, tenerlo o predicarlo.

En mi caso particular encontré que el silencio orante me habló más del Evangelio que el mismo libro y me llevó poco a poco a saborearlo y ahora a anunciarlo, invitándolos, no a que lean, sino a vivirlo, comenzando de a poco, como quien desconfía de aquello que se mete en la boca, y si realmente gusta, entonces, cada día un poco mas, sin miedo a empacharnos, ya que no empacha ni satura. El silencio es aquel que permite la escucha y la visión clara más allá de los conceptos y las ilusiones.

Es imposible saborear una vida evangélica sin silencio interior, sería como mezclar a la langosta en la procesadora, con perejil, ajo, cebolla, ají picante, mostaza y crema de leche, y hacer de todo una papilla, una mezcla de la cual, nunca sabríamos cual es su verdadero sabor, ni que es en realidad aquello que saboreamos.

-----------------------------------------------

Experimento que todos mis pensamientos son sólo fantasías irreales que tratan erróneamente de darle forma a la vida, así como los sueños se forman con imágenes de lo vivido en el consciente y en el inconsciente, hago exactamente lo mismo con la vida real, sólo imagino, ya que esto es lo único posible para el conocimiento…

Pero la vida es otra cosa que aquello a lo que le damos formas en nuestra cabeza. La vida real sólo se desarrolla en el corazón, donde tenemos muy poca injerencia y fuera de toda interferencia de la mente y haceres superficiales, pero nuestra atención se posa en la mente porque es más burda, ruidosa, y sensible, y allí damos lugar a lo erróneo, creyendo que lo que allí se desarrolla es la vida…

Cuando quito la atención sobre las formas de la mente, no queda nada, y sólo es posible para mi la fe en lo inconocible, y es ésta fe la que garantiza y sostiene la vida.

El posar la atención fuera de la mente me permite volver al hombre primitivo, descartando toda ilusión e irrealidad, como así también una fe ignorante, estúpida y ensamblada en ilusiones comunes y populares.

De esta manera mi fe esta ubicada en lo real y existente, mucho más allá de lo conocido o desconocido, y a lo que creo imposible de conocer, por lo cual ni siquiera perderé tiempo en intentar conocerlo.

De esta manera mi esperanza está sujeta a mi fe, y cimentada en mi atención a lo que sucede más allá de la mente, que es donde se desarrolla la vida, y la vida misma pasa a ser evangélica, ya que la vida real no puede ser vivida de otra manera.

-----------------------------------------------

Experimento que el querer genuino, mueve a la persona hasta unirla con aquello que quiere, sólo necesitamos saber qué querer, ya que no todo lo querido está en armonía y si no lo está es inútil quererlo.

También debemos saber hacerlo genuinamente, o sea desde dónde querer, ya que si no se hace desde el corazón no tiene raíces en donde establecerse y crecer a pesar de las tormentas.

Teniendo en cuenta esto sin ninguna duda el movimiento se realizará en la dirección y con fuerza correctas.

Muchas personas no quieren nada y se conforman en sus vidas con quereres superficiales, sólo por no saber querer, habiendo así frustrado el sentido de sus vidas y malgastando estas en pavadas que no conducen en nada, a la dirección de sentir el sabor de la vida.

Estas personas, independientemente del entorno en el que se muevan, terminan sus días siendo presas y esclavas del consumismo capitalista, religioso o de ambos.

-----------------------------------------------

Experimento en mi que hay veces que la oración deja ser oración y esto desconecta de la fuente y el hombre pierde el amor como si se le acabara el aire de a poco... y cuando el amor se pierde surge el cansancio y el agotamiento, debilitando al hombre el cual es arrastrado por la corriente.

-----------------------------------------------

Experimento en mí y en casi todos, otro gran daño aprendido y del cual suponemos una habilidad. El mismo consiste en el poder hacer varias cosas al mismo tiempo, esto nos ocasiona una capacidad de dispersión tal, que nos incapacita para vivir, anulando la vida por completo, nada se goza en plenitud y aquello que se vive es una mezcla de emociones y quereres en los cuales nada se identifica y todo da lo mismo con el egoísmo a la cabeza. Lo bueno y lo malo se mezclan dando lugar a que nada es bueno y nada es malo, cediendo a la creencia que nada importa y que sólo hay que seguir viviendo. La única salida del hombre está en el poder vivir en la simpleza y en la unidad. Y nuevamente con dos mil años de antigüedad la vida evangélica pasa a ser la única opción para vivir feliz.

-----------------------------------------------

Experimento la cercanía al fin del camino, cuando miro atrás veo que todo comenzó en disciplinarme para este trabajo, y todo el trabajo consistía en mi disciplina, luego continuó en el reconocimiento de mi ego y ahora prosigue en el reconocer la ilusión en general y poder ir más allá de la conciencia, donde no hay un más allá y ya no hay a donde ir. Allí, solo queda esperar y confiar, lo demás no existe.

-----------------------------------------------

Experimento en mí y sé que cualquier persona que trascienda sus deseos, sin importar el recuerdo ni la emoción acarreada de estos, puede alcanzar la plenitud en las más sutiles delicadezas de la realidad misma, con solo concentrar su atención en la contemplación. No hay realidad horrible fuera de mis conceptos. Y así la sola contemplación de nuestro corazón, al invocar una única vez el nombre de Jesús, se saborea la plenitud del sentido de toda nuestra vida.

Aunque parezca increíble nuestra vida tiene todo su sentido, sin importar qué hayamos hecho o lo que haremos con ella, si aunque sea sólo una vez repetimos desde el corazón el nombre de Jesús. Desde mi experiencia veo que cien mil actos de piedad o vidas de oración no valen lo que invocar una única vez el nombre de Jesús desde el corazón.

-----------------------------------------------

Experimento en mi, que una y otra vez dirijo mi oración a una nueva imagen, creada por mí, de Dios en mi cabeza, y Él una y otra vez se encarga de destruirla, sin importarle mi cansancio y decepción, me es tan difícil entender la forma de comunicarme, parece querer transformarme en un ateo orante o en un ciego que ve, ya que no debe dirigir su mirada a ningún lado, o en un oyente del eterno silencio o en aquel que debe saborear la nada o palpar el vacio... sólo sé que Él existe porque yo existo. Siento que por momentos la aridez me conduce a la locura, mi cabeza se dispara hacia cualquier lado buscando desesperadamente una forma a la cual aferrarme o quizás quiera construir yo también un becerro.

-----------------------------------------------

Experimenté la serenidad, la compasión, la alegría y el gozo, todos ellos en el cuerpo, en el corazón y en el alma. Encuentro que si bien parecían fines en sí mismos, no son más que bagatelas de la naturaleza humana, que cualquiera con un poco de verdadero querer y de entrenamiento mental puede vivir y experimentar en la vida. Y veo que con todo eso el hombre integrado aún no encuentra PAZ y que se le presentan dos caminos para él por delante, el de la búsqueda incansable de Dios y el del abandono del deseo de Dios... el primero mantiene al hombre vivo y sin descanso corriendo a no sabe dónde y sabiendo que no depende de él llegar y el segundo que mata al hombre y lo deja en la paz de los cementerios, la paz inerte del “no queda más nada por hacer”. El primer camino transforma al hombre en amor y el segundo lo transforma en la nada misma. Parece una elección simple y sin embargo no lo es.

-----------------------------------------------

Experimento en mi y descubro en otros, que no importa qué tan grande sea el mal recibo, sea este desde adentro mío o desde afuera mío, no importa cuánto dolor me haya provocado ni que tan destruido me haya dejado ni de quién haya venido, que si logramos asimilarlo correctamente, se convertirá en un bien infinitamente mayor... seguramente sea éste el secreto no tan secreto escrito en las bienaventuranzas.

-----------------------------------------------

Experimento que el romper ilusiones es un comenzar a vivir eternamente, todo se resuelve al cambiar conocimiento por sabiduría, quitando el me gusta o no me gusta. No hay plenitud mayor a saborear la vida en oración constante, ya que no hay sabor ni hay vida, sólo hay oración...

-----------------------------------------------

Experimento tres maneras muy comunes de quitarme la vida, aclaro que cuando hablo de vida, me refiero a esa que ni la muerte física puede quitarme, pero que sin duda, yo puedo negarme a vivir y muy a menudo lo hago.

La primera manera es “mi superficialidad” en lo que pienso y siento, como así también en lo que hablo, escucho, miro y hago. Si todo esto no lo acompaño del sentido correcto de “importancia”, o sea del por qué hacerlo, sólo me quita la vida. Mucho movimiento no me significa vivir ni más ni mejor, sólo es ignorarme.

La segunda es “mi comedia”, esa obra de teatro que juego a diario y la cual me creo y confundo con mi vida, con mi yo, y mucho más de lo que confundo a los demás ya que de tanto tiempo ejecutar el mismo papel, se me quedó el rol pegado. De esta manera me creo falsas seguridades para tapar mi vacío, mi vulnerabilidad, mi humanidad y ausencia de bien.

La tercera es “mi funcionar”, cuando recibo un estímulo y respondo desde mi historia de vida, me asemejo a una máquina, alguien presiona un botón y ésta da la respuesta esperada, la que siempre dio, lo más loco es que la mayor parte de las veces no hace falta una respuesta, y de esta manera funciono la mayor parte del tiempo y lamentablemente el “funcionar” no tiene nada que ver con el vivir, sino que está muy relacionado al “no existir”.

-----------------------------------------------

Experimento la felicidad constante, pero, no como la realización de algún logro material o espiritual, no como un ego satisfecho, no como un placer momentáneo o instantáneo, no como el poder o el control sobre cosas determinadas en mi vida, no como la seguridad por siempre, no como el amor o la entrega, ni tampoco como la plenitud, ni tampoco como la Voluntad de Dios cumplida, ni siquiera como esa serenidad prefabricada a través de la meditación….

Participo de una sensación extraña, a la que podría llamar felicidad, pero que no es mía, sino que es de la vida, de esa vida que se escurre en un instante y siempre lo hace y nunca se agota pero siempre es nueva… Esta sensación sólo me sucede cuando ocurre en mi, el olvido de mi mismo… o sea que jamás la felicidad es mía… quizás, es porque siempre la busco dentro mío que parece no existir, que parece siempre estar y esconderse de mi, que parece siempre estar a la vuelta… la vida misma es felicidad cuando yo no estoy…

-----------------------------------------------

Experimento que no soy la arena, a la cual el viento arrastra para que conozca todo el mundo… que no soy la piedra dura, a la cual la gran perseverancia de la gota puede horadar… que ni soy esa arcilla pura a la cual el alfarero puede modelar y hacer una gran vasija… ni tampoco soy de esa tierra que le sirve al constructor para hacer su ladrillo…

Sólo soy y siempre lo fui, simplemente tierra, en la cual la vida depositó desechos de todo tipo que se pudrieron en mí, que hasta largaron mal olor, desechos que mientras se descomponían penetraban por todos mis poros hasta mi interior, y no sin dolor, transformándome, oscureciéndome, dándome cada vez mas pesadez y rechazo de mi mismo… hasta que el día menos pensado y sin cálculos me convertí en tierra fértil…

Y fue allí que pasó El Sembrador y puso la semilla en mi, la semilla hecho raíces que me penetraron y rodearon destrozando toda estructura en mi y todos aquellos desechos se transformaron en el alimento de lo que hoy es un gran árbol en el cual hay pájaros que anidan allí…

Veo y sé que no soy el árbol, y menos sus raíces y raicillas que me penetran y rodean doquier, veo que ya no tengo estructura y sé también, que tampoco soy su alimento, menos la semilla y El Sembrador, por el contrario sigo siendo aun la tierra, esa en la cual hoy en día se descomponen aun vivencias como fracasos, rechazos, luchas inútiles, deseos, ilusiones, enfermedades, discapacidades, incomprensiones, desamores, engaños, heridas, miedos y angustias, vivencias desechables y errores de vida para cualquiera, pero que en mí y quizás en todos se transforman en alimento para este árbol…

Sé que yo nunca seré otra cosa y que aun hoy la vida genera desechos que se pudrirán en mí, y los recibo y recibiré con agrado, porque sé positivamente que seré el medio por el cual todos ellos se transformarán en alimento de este Gran Árbol…

Toda mi vida toma sentido como contemplativo que soy, y ya no quiero ser otra cosa, soy feliz siendo esto que soy, simplemente tierra, que no sólo acepta sino que también puede agradecer y darle la bienvenida a los desechos…

-----------------------------------------------

Experimento en mi y en esta sociedad una nueva enfermedad crónica, muy delicada y de muy difícil aceptación, los síntomas de esta enfermedad es no dejarnos amar... podemos ser grandes amantes o amadores, pero el dejarnos amar es otra cosa, en lo superficial todo está bien y hasta es lindo, pero cuando se trata de abrir el corazón al amor.... ¡¡¡ya es otra cosa!!!... que nadie toque allí porque somos vulnerables, y si hay algo que nos enseñaron a ser es "A SER FUERTES", y a "NO NECESITAR NADA NI DE NADIE" ni nos hablen de ser vulnerables, simples, frágiles y necesitados.

Creo que si Jesús volviese a la tierra nos traería un nuevo mandamiento "Déjense amar por Dios por sobre todas las cosas y Déjense amar los unos por los otros, como el Padre y Yo nos amamos"

-----------------------------------------------

Experimento que el deseo o el querer, es mi motor principal, a la hora de decidir mi próximo paso en la vida, pero esto sólo me sirvió muy bien hasta ahora. Hoy se complica ya que tanto el querer como el no querer me sitúan automáticamente en un estado completamente alterado y lleno de tensiones, quizás fue siempre así y nunca me di cuenta. Hoy elijo como motor principal de mi vida, al amor.

Parece una decisión lógica y sencilla, pero a la hora de poner la máquina en marcha, todo cambia, no puedo avanzar nada, me traban kilos de estructuras mentales, kilos de filosofías baratas y toneladas de dolor al llenarme de "peros justificantes"... morir al "yo" siguiendo vivo parece una tarea imposible para mi... y saber que no sé nada con respecto al amor me coloca delante de una pared infranqueable...

Me doy cuenta que para mi el amor siempre fue un concepto al cual me adapté algunas veces de casualidad, pero considerándome un gran amador, pero ahora, en la puesta en marcha, los conceptos no sirven ni como chispa. Parece que todos mis años fueron sólo pérdida de tiempo en entretenimientos espirituales. Estoy perdido. Me gustaría nacer de nuevo, sería más fácil recomenzar de cero que arrancar con el peso de toda esta experiencia inútil.

Seguramente necesite mucha más oración en mi vida que me coloque delante de la Gracia necesaria para este cambio...

Experimento que, al final, siempre se pierde..... ¡¡¡Gracias a Dios!!!!

... en esta vida siempre se pierde y esto es una gran bendición, ya que cuando ganamos llenamos nuestra cabeza de pensamientos y nuestra vida de actitudes erróneas.... aunque no lo creamos no hay nada mejor que perder hasta aprender que no se gana nada, ni se pierde nada nunca...

-----------------------------------------------

Experimento que...
siempre y sin quererlo hay nuevos miedos, que atemorizan ...
siempre y sin quererlos hay nuevos brillos, que iluminan ...
siempre y sin quererlas hay nuevas seducciones que dan calor ...
siempre y sin quererlo esta el vacío llenándolo todo ...
pero sólo ocasionalmente queremos vivir el amor que plenifica ...

Con respecto al amor, en lo que depende de nosotros, sea en un esfuerzo o en un soltarse, nos lo escatimamos al punto de autoconvencernos con cualquier razón e inventándonos cientos de excusas que no podemos... pero la única realidad es que somos incapaces de movernos para amar.

-----------------------------------------------

Experimento que a través de la meditación y la atención plena el hombre adquiere tres habilidades para responder a las situaciones diarias de la vida. La primera es el silencio antes de la respuesta, el cual evita que cualquier programa del inconciente tome el control de la situación, permitiéndonos ser personas y no máquinas; la segunda es acallar todas las voces interiores provenientes de los diferentes yoes evitando las respuestas egocéntricas, dando lugar a la armonía interior y la tercera habilidad es el permitir que salga la respuesta desde su corazón, experimentando así la libertad de su ser…

-----------------------------------------------

Experimento cuando oro, mis carencias con mucha vergüenza, ya que sé que lo único que necesito para vivir es un poco de abrigo y algo de comida, el resto y lo que me hace correr es pura estupidez que no me deja orar en paz...

-----------------------------------------------

Si alguien me preguntara cuál es la experiencia que encierra todas las experiencias le contestaría que ésta es la oración monológica, u oración centrante, u oración en el Nombre de Jesús, según como quieran llamarla dentro de todos los nombres históricos, tradicionales y religiosos que puedan denominarla y aquellos que incluso la denominarán…

Dentro de todos estos nombres creo que hoy, no la llamaría meditación oriental o meditación, aunque incluye a ésta en toda su totalidad, ya que al rezar, el hombre sana su mente mientras reza, al repetir constantemente una plegaria, ésta se vuelve también mantra, colocándonos en el momento presente, reduciendo las afectaciones de las historias de vida y con ella las ansiedades, angustias, estrés, miedos, fobias, y demás trastornos mentales que en la realidad del momento presente no encuentran asidero en nosotros.

Pero la plegaria repetitiva u oración constante es mucho más que sólo un mantra, ya que incluye mi mirada a Dios en la invocación de Su Nombre, pero esta mirada tiene una particularidad, que si bien es sólo a Él, es como si todo lo demás estuviese incluido y transportado en mi en esos espacios de visión. La mirada es mutua, a Él de mi y de Él a mi, de Ese Creador que sabe de mis fallos, que conoce todo mi desorden de vida, y conoce el dolor que éste me genera; delante del Cual no me siento juzgado o condenado; sino más bien aceptado, recibido y querido ganándole el paso a mis carencias; sin emotividades exageradas ni ridículas, con toda esa naturalidad que muestra la comprensión y el entendimiento, aligerando las palabras, quitándole para siempre explicaciones y justificaciones, generándose el lugar en mí, sin invadir, sin alterar y sin ordenar mi desorden, dándome espacio para respirar nuevamente y para permitirme Su compañía en el siguiente paso, transformando todo esto en verdadero amor de Vida.

Estas palabras quizás dejen lugar a la duda en aquellas personas que todo lo razonan y que pondrán a esta experiencia en el lugar de la mente, y es razonable que así sea, ya que son solo palabras y estas se comprenden allí, en la mente y como una mera explicación matemática. Está bien que así sea ya que las palabras son formadas en la mente y se entienden en una mente. Sólo la experiencia personal de la oración constante es la que abrirá la comprensión en el lugar del corazón.

Por eso, la experiencia de la repetición constante de una plegaria en oración, es la EXPERIENCIA de las experiencias, la única que da el sentido de realización a mi vida, sin importar en nada el desarrollo de ésta sabiendo que moriré viviendo en la Experiencia del Amor de Dios.





Experimento que lo única llave para entrar en la vida, es la oración del corazón, y ojalá todos la queramos lo suficiente como para que Dios no las conceda antes de la muerte, para su Gloria en nuestro ser…